EL REGALO DE LOS DIOSES.

Mexican-Codex-Borgia

Versión poética de la leyenda Naualt sobre el maíz.

EL REGALO DE LOS DIOSES.

Ernesto R. del Valle. Cuba-EUA

…y fue Quetzalcóatl, quien descendió a la Tierra

con todo su poder,

en busca del sustento de los hombres.

Porque eran muchos los dioses en la era del Quinto Sol

y no alcanzaba el alimento.

Eran muchos en Teotihuacan

y se preguntaban

qué comeremos, dioses, qué comeremos?

Fue así que Quetzalcóatl, descendió a la Tierra

y convertido en una hormiga negra

sacó de su calor telúrico al maíz,

la semilla divina que arrancó

un pedazo de sol para vestirse.

Eso fue en Tonacatépetl llamado

El Monte de nuestro Sustento.

Quetzalcóatl convertido en hormiga

llevó el maíz

hacia el placentero lugar de los dioses

llamado Tamoanchán

allí probaron el sabor suave y dulce del maíz

y vieron que era bueno al paladar

y a la salud del cuerpo y al aire que respiraban.

Allí estaban compartiendo del manjar

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Oxomoco y su mujer Cipactónal,

el Adán y la Eva Naualt de la leyenda.

Luego que los labios de los dioses conocieron

las delicias del maíz, lo bendijeron

más no alcanzaba su cantidad

para tantas hambres por venir

y así trataron de atraer hacia Tamoanchán

el Monte de nuestro Sustento

pero no pudieron

y acudieron también a Nanáhuatl,

el sol de Teotihuacán en busca de consejo

El sol, a su vez,

pidió ayuda a los Tlaloques,

para ver si con sus lluvias podían poner en sus bocas

el sabor de la semilla que los alimentaba

De los cuatro puntos cardinales

las lluvias fueron enviadas por los Tlaloques:

las azules del sur,

las blancas del oriente,

las amarillas del poniente

y las rojas del norte

Cuando la tierra quedó embarazada por las lluvias

Nanáhuatl lanzó su poderoso rayo

sobre el Monte de Nuestro Sustento

y éste abrió su vientre para siempre.

De él salió maíz azul, rojo, blanco y amarillo,

los bledos, frijoles, la chía, y todo lo que hoy el hombre

con su trabajo, sus sueños y conquistas hace

para que las cosas constituyan nuestro sustento.

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